terça-feira, 24 de julho de 2007

“Puesto que no tenéis una mirada suficiente pura para ver mi belleza sin intermediario y sin acompañamiento, os la muestro mediante las formas y los velos. Pues vuestra percepción de lo incalificable pasa por la forma; no podéis ver lo que carece de aleación. Así, mi belleza está ligada a la forma, con el fin de estar a la medida de vuestra capacidad de visión. El universo semeja un cuerpo cuya cabeza está en el cielo y cuyos pies están en la tierra. Así como el cuerpo humano vive por el alma, en este cuerpo el cielo es cabeza y los astros, sentidos. El ojo, la oreja, la lengua viven, ven, oyen, hablan, sienten gracias al alma. La vista, la claridad, la vida, las facultades de percepción: todo procede del alma. Se vislumbra el alma a través de todo ese poder de percepción. Cuando el alma abandona el cuerpo, la belleza, el encanto y el esplendor dejan de morar en él: resulta evidente que toda la belleza se manifestaba mediante el cuerpo, pero pertenecía al alma”

Sultân Valad